Contribución a la crítica de la economía política
Prólogo Examino el sistema de la economía burguesa en el orden siguiente: capital, propiedad agraria, trabajo asalariado, Estado, comercio exterior, mercado mundial. Bajo las tres primeras rúbricas estudio las condiciones económicas de vida de las tres grandes clases en que se divide la sociedad burguesa moderna; la interconexión de las tres restantes salta a la vista. La primera sección del libro primero, que trata del capital, se compone de los capítulos siguientes: 1) la mercancía; 2) el dinero o la circulación simple; 3) el capital en general. Los dos primeros capítulos forman el contenido del presente fascículo. Tengo ante mis ojos todos los materiales en forma de monografías escritas con largos intervalos para mi propio esclarecimiento y no para su publicación; la elaboración sistemática de las mismas conforme al plan indicado dependerá de circunstancias externas.
Prescindo de una introducción general que había esbozado, porque, bien pensada la cosa, me parece que el anticipar los resultados que todavía han de demostrarse podría ser un estorbo, y el lector que quiera realmente seguirme deberá estar dispuesto a remontarse de lo singular a lo general. Sin embargo, me parece oportuno dar aquí algunas indicaciones sobre la trayectoria de mis propios estudios de Economía política.
Aunque el objeto de mis estudios especializados fue la jurisprudencia, la consideraba sólo como una disciplina subordinada al lado de la filosofía y la historia. En 1842-1843, siendo director de la Rheinische Zeitung , me vi por primera vez en la embarazosa obligación de pronunciarme sobre lo que se llama intereses materiales. Las deliberaciones del Landtag renano sobre la tala furtiva y el fraccionamiento de la propiedad agraria, la polémica oficial sostenida entre el señor von Schaper, entonces gobernador de la provincia renana, y la Rheinische Zeitung acerca de la situación de los campesinos de la Mosela, y, finalmente, los debates sobre el librecambio y las tarifas proteccionistas me dieron los primeros impulsos para ocuparme de cuestiones económicas. Por otra parte, en esa época, cuando las buenas intenciones de "adelantarse" superaban con mucho el conocimiento de la materia, la Rheinische Zeitung dejaba traslucir un eco, ligeramente teñido de filosofía, del socialismo y el comunismo franceses. Me pronuncié contra ese diletantismo, pero al propio tiempo confesé francamente, en una controversia con la Allgemeine Augsbürger Zeitung , que mis estudios hasta entonces no me permitían arriesgarme a expresar juicio alguno sobre el tenor mismo de las tendencias francesas. Aproveché con apresuramiento la ilusión de los dirigentes de la Rheinische Zeitung, quienes esperaban que suavizando la posición del periódico iban a conseguir la anulación de la sentencia de muerte pronunciada contra él, para abandonar el escenario público y retirarme a mi cuarto de estudio.
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